miércoles, 27 de enero de 2010

Diez es igual a uno (Sermón para el quinto domingo de enero)


Introducción
1.        “Los diez mandamientos son como una moneda de dos caras; un lado nos habla del amor a Dios, y el otro, del amor al prójimo”. (Capta la atención)
2.        Nadie recita la mitad de un verso; o compra la mitad de un instrumento; o adquiere la mitad de un vehículo. Usted no compra la mitad de un libro ni obedece la mitad de las reglas.
No podemos ser padres a medias; tampoco ser esposo a medias y menos podemos adorar a Dios a medias. Porque la entrega total a estas tareas determina el resultado. El resultado del cirujano, del equipo deportivo, o del sonido del instrumento, depende de su perfección. De su práctica y de su forma cabal. (Sugiere el tema)
3.        Vivimos en una cultura de improvisación. Mi trabajo lo completa otro. La lealtad está dividida: el afecto está negociándose si no repartiéndose. Las reglas de amor y la convivencia fracasan. ¿Cómo se depende de Dios en una cultura de mediocridad? ¿Cómo se cumple el propósito de Dios con siete oficios y catorce necesidades? ¿Cómo descubrir el oficio, la pasión y la entrega verdaderos? (Muestra pertinencia)
4.        Dios sabe que tenemos necesidad de su dirección para hacer las cosas bien. Por eso, al salir de Egipto, Dios le entregó a Israel los diez mandamientos. (Transición al texto) El pueblo se hallaba en el desierto, en territorio neutral, en donde no hay Estado, ni ley ni ideología. Ahí, él hizo un pacto con ellos. (Contexto histórico). Su ley básica, su voluntad perfecta para vivir. Esa lección que demanda una entrega total se nos repite hoy.
Abra su Biblia a  Éxodo 20: 1-17, la enseñanza que Dios nos da aquí es que…
I.C. Nos entregamos totalmente a Dios, fundando en ello el solicito respeto al prójimo.
Propósito: Exhortar a adorar a Dios porque siempre repercute en el cuidado del prójimo.

Este pasaje tiene dos partes, en la primera veremos la entrega total a Dios, v. 1-11; en la segunda veremos que de ello deviene el respeto al prójimo, v. 12-17. (Repaso transición)


I.  Nos entregamos totalmente a Dios. v. 1-11
A.  Reconociendo quien es Dios, v.1-6
El texto empieza mencionando los dos nombres de Dios. Dios v.1 y Jehová v.2. Dios se usa en el contexto más universal. El es el Dios de las naciones y de cielos y tierra. Jehová es el nombre que se utiliza para hablar del Dios que hizo pacto con un pueblo. Dios se reveló a una tribu de nómadas sin gran liderazgo, sin leyes y sin seguridad para cuidarles, protegerles y guiarles. “Yo soy el que soy”. El providente y amoroso yo soy. Hoy vivimos bajo la ley de Cristo, la ley del amor.
Vea el v.2. Aquí les recuerda “yo soy Jehová, tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto”. Dios está por pedirles lealtad total. ¿Por qué? Por que el creó a la nación. Hizo de un pueblo esclavo un pueblo de gente libre y ahora les dará leyes para que nadie más esclavice a su hermano.
En el v.5. El se declara: “Jehová tu Dios fuerte y celoso”. El no admite competencia. El declara “que visitó la maldad de los padres hasta la tercera y la cuarta generación”. La clave de la visitación está en la frase al final del v.5: “De los que me aborrecen”. La indiferencia a Dios que es el significado de “aborrecer”, se aprende de los padres.
El v.6 dice: “hago misericordia a los que me aman”. También dice aquí cómo se demuestra ese amor o prioridad de Dios “guardando sus mandamientos”.
B.  Respetando la reputación de Dios, v.7.
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano”. Se hace cuando se jura, cuando se le invoca sin sentido, cuando se le menciona en la iglesia sin poner sentido a lo que hacemos.
C.  Recordando a la persona de Dios v.8-11.
“Acuérdate del día del reposo”. No solo las personas y las cosas son sagradas, también los tiempos. Vea el v. 9: Todas las prisas, todas las carreras, toda la presión se permiten en seis días. El trabajo es sagrado pues se hace para Dios. Pero dice el v.10, “el séptimo día es día de reposo”. El propósito es no olvidarnos de Dios. ¿La razón? El ejemplo de Dios v.11. Dios descansó y meditó en sus obras. En 8 al 11 Dios se asegura que tú y yo tomamos  tiempo para meditar en la obediencia.  

II.    Nuestra total entrega a Dios hace posible el solicito respeto al prójimo. v. 12-17
A.  Si nuestra entrega a Dios es total amamos y respetamos nuestros padres. v.12
¿Por qué se considera a estos mandamientos la base de toda la moralidad pública? Las primeras cuatro órdenes no son leyes nacionalistas, son principios universales, aplicables a toda cultura y toda raza y sirven de base para proteger al ser humano.
Lo más básico es el amor y la honra a los padres v. 12. Honrar es causar que con mi conducta se hable bien de ellos. Jesús es la palabra que hoy obedecemos.
B.  Si nuestra entrega a Dios es total amamos y respetamos nuestro prójimo. v.13
Vea el v.13 “No matarás” significa que quien reconoce totalmente a Dios puede y quiere respetar la vida ajena.
C.  Si nuestra entrega a Dios es total respetamos los límites de nuestro propio matrimonio. v.14
Respetar a la mujer ajena y proteger mi propia relación. El énfasis en este texto es reconocer los límites que guarda mi propio matrimonio.
D.  Si nuestra entrega a Dios es total respetamos la propiedad ajena. v.15
 “No robarás”. Dios nos pide respetar la propiedad ajena.
E.  Si nuestra entrega a Dios es total respetamos la verdad y autenticidad como modo de hacer justicia. v.16-17
En v.16, dice que quien reconoce el celo de Dios no dice mentiras contra su prójimo. Cuida su lengua. La justicia, aun hoy, depende de decir lo que sabemos, decirlo cuando es oportuno y callar cuando es inoportuno (no avanza la justicia).
El v.17 dice que reconocer la grandeza de Dios controla los vicios del corazón. Codiciar es un pecado interno. Aquí prohíbe codiciar propiedades y relaciones ajenas, porque el que piensa y desea el mal termina haciendo el mal.
Conclusión
1.        La lección es que nos entregamos totalmente a Dios, fundando en ello el solicito respeto al prójimo. Los derechos de cada persona se construyen amando a Dios. Además, ese respeto construye a la nación. (Repaso)
2.        La vida, la propiedad y la libertad de cada uno es algo que Dios protege. En su ley, Dios nos da el fundamento para vivir respetuosa y amorosamente como personas No hay plena justicia en donde no se protege y respeta el derecho ajeno. Nadie puede decir que ama a Dios, a quien no ve, si no ama a su hermano a quien ve. Los Diez mandamientos son uno sólo amar a Dios y amar al prójimo. (Pertinencia y Aplicación)
3.        Dios quiere que le ames, que le des tu corazón completo y tu lealtad total. Pero esto se pone a prueba día a día, frente a los ídolos del mundo y frente a los prójimos difíciles. ¿Amas realmente a Dios?  ¿Cumples sus mandamientos? (Cierre)

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