sábado, 8 de marzo de 2014

Lo que el corazón no tiene la Iglesia no presta

Introducción
1. "Lo que el corazón no tiene la Iglesia no presta". ¿Qué significa esta frase?
2. Cada vez que hay elecciones empiezan las encuestas de liderazgo. Éste sale mejor calificado que aquél y éste es mejor que aquél otro, ¿con base en qué?
3. Nos gusta esta persona porque habla bien: aquélla porque refleja humildad; ésta otra porque proyecta popularidad.
4. ¿Se ha preguntado qué es lo que Dios ve en esos mismos hombres y mujeres que otros ven adornados de virtudes?
5. Hay una pista en la evaluación que Dios hizo del pequeño David cuando se buscaba rey para Israel. ¿Será lo que Dios ve lo mismo que Usted ve? ¿Esta sintonizado usted con Dios al considerar al prójimo? ¿Cómo juzga Ud. a los seres humanos? ¿Tiene Ud. la profundidad y sabiduría para ver en los demás lo que le interesa a Dios? ¿Cómo ve a sus hijos? ¿Qué ve en el vecino y en la persona que tiene al lado? ¿Sabía Ud. que la incapacidad de conocer al projimo es la señal mas clara de la incapacidad de saber quienes somos como personas?
6. Cuando Dios ve al liderazgo Él no ve la popularidad. ¿Que deberiamos ver los cristianos al pensar en el liderazgo para nuestro país?
7. Ver lo superficial es humano... Por eso, este profeta aprendió la lección de Samuel y pone el acento en las cosas que un hombre necesita para gobernar. Incluso llega a decir que los líderes que no tienen esas características, destruyen a su pueblo.
8. El profeta vio las dos capitales religiosas –Samaria y Jerusalén—y las vio a punto de ser destruidas. Corría el año 700 y había culto, rito, sacerdotes… visto desde afuera todo el gobierno se veía bien.
9. Pero Dios veía otra cosa. El profeta Miqueas ve las cosas como Dios las ve. El mal liderazgo destruye a la nación. Veamos qué dice Miqueas 3: 1-12

I.C. Los líderes deben practicar la justicia, de lo contrario destruyen a su pueblo.
Propósito: Advertir por qué los líderes del pueblo deben conocer y practicar la justicia.

I. Los príncipes que no practican la justicia destruyen a su pueblo,v. 1-4.
A. Dios espera que los príncipes conozcan la justicia, v.1
B. Dios condena la injusticia de los príncipes, v. 2-4
II. Los profetas que no anuncian la justicia destruyen a su pueblo,v.5-8
A. Dios espera que los profetas anuncien la justicia, v.5-6
B. Dios condena la confusión de los profetas, v. 7-8
III. Las autoridades que no practican la justicia destruyen a su pueblov.9-12
  1. Dios espera que las autoridades practiquen la justicia v.9-10
  2. Dios resume la condición general del liderazgo, v.11-12

Conclusión

1. El profeta ha dicho que el liderazgo tiene la indelegable responsabilidad de conocer y practicar la justicia.
2. Porque cuando los hombres que dirigen obedecen los desvaríos de su corazón, terminan destruyendo aquello que tienen bajo su responsabilidad, sea la familia, o el país, las instituciones, o las personas.
3. Nuestros líderes deben amar a Dios. Deben respetar al prójimo. Deben cumplir su palabra. Deben ser sabios, contar con consejeros prudentes y creencias piadosas.
4. Si no exigimos piedad de nuestros líderes, utilizarán ese mismo poder que les entregamos para destruirnos. Eso ha venido sucediendo por 200 años y no debe suceder más.

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