jueves, 27 de enero de 2011

La herejía esta en la aplicación

La forma de omitir el mensaje de un texto es darle la aplicación inadecuada. Es un neo marcionismo que elimina parte del mensaje de la Biblia vía su explicación, de ahi que usemos la palabra tan fuerte "herejía". La aplicación del texto bíblico se resume en dos frases “Mostrar quien es Dios y qué hace Dios, y decir qué es el hombre y qué debería ser y hacer”. Por supuesto, de este principio general al púlpito, hay una gran brecha que se llena casi con cualquier cosa.

Una de las formas de complicar el asunto es discutir si debemos o no sacar principios de la Escritura. Por supuesto que se puede sacar principios, el punto es si vienen realmente de la Escritura o no. Generalmente, lo que la gente llama principios son ideas preconcebidas o en el mejor de los casos espiritualizaciones de lo que el texto no dice, lo cual, inocentemente, deja fuera su verdadero mensaje.

Por ejemplo, uno puede predicar sobre el paso de los Israelitas por el mar rojo (Ex. 14), y aplicar “cuáles son los obstáculos de tu vida”. Suena bien, hablar del “mar rojo de tu vida”, pero realmente la aplicación del texto no tiene que ver principalmente con los obstáculos de la vida de uno. El estudio bíblico indica que el texto esta hablando de “la redención de Dios a su pueblo la cual se manifiesta en tiempos de crisis por su obediencia”. Parecido no es lo mismo, porque fijarse en el obstáculo del mar rojo es una generalización de una idea del pasaje. El texto y su contexto hablan de la liberación de Dios a su pueblo, de su fidelidad y de su manifestación cuando el pueblo esta en crisis por obedecer a Dios.

Otro caso es el de David y Goliat (1 S. 17), que se aplica diciendo “cuáles son los gigantes de tu vida”. De nuevo suena bien, pero el pasaje es mucho más rico que eso. Se trata de “la fe en Dios de un hombre, que actuó arriesgándolo todo, cuando la reputación del Dios de Israel era cuestionada”. De nuevo la generalización de la idea, abrazando lo obvio, “los gigantes”, hace que se pierda la parte valiosa del relato. El texto habla de la reputación de Dios defendida por el pequeño David, que en el gran contexto nacional recuerda al pueblo que defender su fe y su identidad nacional frente a las naciones poderosas tiene un fondo espiritual, y el antecedente se halla en el ejemplo de uno de sus reyes, David.

De joven escuche otra clase de mensajes, los que se aplican con base a una bonita idea cuyo origen es un principio contemporáneo. Puede encontrarse en la Biblia pero no necesariamente es el punto pivote del pasaje. Por ejemplo, la preciosa idea “no sacrifiques lo permanente en el altar de lo inmediato” aplicando la historia de Esaú que prefirió el plato de lentejas (Gn. 27). Seguramente que esa idea es parte de todo lo que la Biblia dice de Esaú, pero lo más importante es que Esaú era un hombre recio, sin fe, que vivía sin sensibilidad alguna a Dios. El contexto del pasaje explica porqué, su madre había entrenado a ambos chicos para el engaño, convirtiendo la bendición del primogénito en un robo, lo cual explica el nombre Jacob, el suplantador. Las tretas de Jacob son parte del largo relato sobre su vida y del trato de Dios con él, en el resto de Génesis, en donde Jacob va bebiendo sorbos de su propia medicina.

¿Qué sugiere esto? La débil aplicación es resultado de una débil interpretación bíblica. Es llegar a la aplicación con prisa, sin hacer el esfuerzo que se requiere por entender el texto y su contexto. Por eso, la aplicación sin observación e interpretación termina quitándole al pueblo de Dios algo que Dios quería decir a su pueblo pero que no se dice porque como Jacob, suplantamos la verdad por una verdad a medias. La herejía de la aplicación no esta en enseñar mentiras sino en esconder verdades que, al final quita el alimento al pueblo de Dios. La narrativa tiene grandes lecciones que debemos descubrir.

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