Que los gobernantes se sujeten a Dios

Introducción

1. La vida de los césares termino casi siempre de forma violenta. No eran neutrales en materia religiosa.

2. La religión imperial les hacía dioses y exigían adoración absoluta a tal punto que llamar a Jesús Señor era subversivo en esos días.

3. El historiador británico T.R. Glover: "Llegará el día", dijo él, "cuando los hombres pondrán a sus hijos el nombre del apóstol y a sus perros el nombre del emperador".

4. Para el gran imperio salomónico el fin había llegado. Su reino se hallaba dividido al norte 10 tribus con una capital falsa en Siquem y una religión falsa en Bet-el.

5. Jeroboam puso ídolos en Betel y en Samaria. Becerros de oro, y dijo a Israel “éste es vuestro dios que os sacó de Egipto”.

6. Nombró profetas y sacerdotes para estos dioses paganos y evitó que las diez tribus del norte llevaran los sacrificios al templo de Jerusalén. Así empezó el fracaso de un reino tras otro en el reino del norte.

7. Doscientos años de fracaso tras fracaso entre el 932 y el 722 a.C., desobediencia, idolatría, abusos contra su prójimo causaron la cautividad.

8. Los reyes del norte no serían descendientes de David.

9. Así llegamos a nuestro pasaje I Reyes l3:1-34 Cuando Ud. lee con detenimiento el pasaje, el mensaje que Ud. descubre es que…

I.C. Dios juzga la religiosidad humana donde la palabra de Dios se ha vuelto acomodaticia/complaciente.

El texto dice en primer lugar que:

I. Dios juzga la religión de hechura humana, v.1-10

A. El inicio de una religión I. R.12

B. El profeta anónimo declara juicio sobre el altar, v. 1-3

C. El rey extiende su mano y se le paraliza, v. 4-6

D. El profeta anónimo rechaza la invitación real, v.7

II. Dios juzga nuestra relativización de la palabra de Dios, v. 11-24

A. El profeta viejo quiere conocer al profeta osado, v.11-18

B. El profeta anónimo relativiza la palabra de Dios, v.19

C. El profeta viejo anunció el juicio sobre el profeta anónimo, v. 20-25

III. Dios juzga ahí donde la religiosidad usa la fe para sus fines, v. 26-34.

A. El profeta viejo entierra al profeta anónimo, v. 26-30

B. El profeta viejo cree la profecía pero no se arrepiente, v. 31-32

C. El rey de la mano seca, pierde también su reino, v.33-34

Conclusión

¿Estamos en los pasos de aquel viejo profeta que vivía en Bet-el; buscando la seguridad de nuestros huesos después de la muerte pero sin un compromiso claro con la obra de Dios y la Palabra de Dios?

Salga usted de la religiosidad humana acomodaticia y complaciente y abrace la obra de Dios porque la esperanza para esta nación y para esta Iglesia esta en la palabra de Dios y en la obediencia de su pueblo. Debemos recordar a los cristianos que sirven a la nación que la única versión que el mundo ve de la palabra de Dios, es la que se exhibe en sus vidas.