domingo, 5 de diciembre de 2010

Hombres que leyeron sus tiempos

Introducción

1. En enero de 1992 se firmó la paz en el Salvador. El encabezado de Prensa Libre, del 17 de enero, fue muy elocuente. La página 25 decía: "Dos poetas, un millonario y un grupo de abogados concretan paz salvadoreña".

2. De toda la gente, los cristianos somos quienes mejor debiéramos saber qué es la paz, y hacia dónde van la historia y el mundo.

3. En la Biblia encontramos el caso de tres hombres con una visión política inspirada en el plan de Dios: Esdras, Nehemías y Zorobabel. La gente, el templo y los muros de la ciudad son los desafíos para estos tres líderes.

4. A Nehemías le corresponde lo más difícil. Lo que el hará es construir los muros de la ciudad. Han pasado 70 años de cautividad a los cuales Israel marchó por la desobediencia del pueblo y sus reyes. Como vemos, Nehemías 1-7 se enfoca en la reconstrucción física y 8-13 en la reconstrucción espiritual.

5. Nehemías es el hombre de confianza, que tenía la vida del rey bajo su custodia. Vea el capítulo 1. Cuando usted lee este capítulo se pregunta qué dice el texto. Su mensaje es muy sencillo.

I.C. El hombre que conoce la condición de su pueblo actúa confiando plenamente en Dios.

Propósito: Animar al pueblo de Dios a actuar comprometido a solventar las crisis

I. El hombre conoce la condición de su pueblo, v. 1-3

A. Nehemías actúa en circunstancias difíciles, v.1

B. Nehemías recibe información, v.2

C. Nehemías le preocupa la gente, v.3

El hombre de Dios no solo conoce la condición de su pueblo. También…

II. Cuando conocemos la condición de nuestro pueblo actuamos confiando plenamente en Dios, v. 4-11

A. La acción es producto de la empatía, v. 4

B. La acción descansan en la ayuda de Dios, v. 5

C. La acción es resultado de identificarse con su pueblo, v. 6-7

D. La acción se entrelaza con las promesas de Dios, v. 8-9

E. La acción se justifica por ser el pueblo de Dios, v. 10-11

Conclusión

Saber leer los tiempos hoy, significa reconocer la gravedad de nuestro pueblo, significa reconocer las oportunidades que Dios nos da. Significa aprender a leer nuestra historia desde la perspectiva no de la política sino de la ética. Hace algunos años, 66 políticos evangélicos reunidos en Buenos Aires concluyeron que las acciones políticas que América Latina necesita no son sólo las que se hacen a través de partidos políticos.

Hay otras acciones que no parecen en los períodicos pero tienen impacto público: la instrucción a otros, la proclama de una ética de trabajo, usar nuestro poder para el servicio, y reconocer nuestra responsabilidad por el prójimo, proclamar desde el púlpito el respeto al derecho ajeno, estas cosas cuando se hacen en bloque, son ya participación cívica, aunque el nombre nos parezca rimbombante. Ese es el mensaje del libro "la participación política de los evangelicos". Pongamos nuestra confianza en Dios y como Nehemías, pongamos en sus manos nuestro mensaje y nuestras acciones. Y por todos los medios, no dejemos de hacer nuestra parte.

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