miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cómo es un buen sermón

Un buen sermón es aquel que tiene forma de sermón. Cuando el predicador se responde a la pregunta qué predicaré hoy, la respuesta viene dada en el marco de una idea central, de un propósito, de unos puntos mayores y menores y de una introducción y conclusión. Es decir, un buen sermón es aquel que esta bien elaborado. La forma de comprobar la buena elaboracion del sermón es ver si la redacción del bosquejo está expresada en ideas completas (sujeto, verbo y complemento), en vez de frases. El esmero en la elaboracion se refleja cuando las ideas completas expresan el contenido del mensaje.

Tambien, es cierto que un buen sermón es aquel en el que todo el contenido es coherente. En otras palabras, guarda cierta unidad como pieza oratoria. No es un mal sermón aquel que carece de ideas brillantes, sino aquel cuyas ideas viajan en todas direcciones. La coherencia se mide en si pueden alinearse, la idea central, el propósito y la conclusión. Si por el contrario, cada unas de estas viaja a un destino diferente, entonces no hay unidad.

Por otro lado, un buen sermón es aquel en el que todo el contenido esta gobernado por la Biblia. El predicador se ocupa de aclararse el significado de todos los datos del texto pertinentes al mensaje.Entre los mundos que el predicador une esta el mundo de la Biblia, con su contexto histórico y su gramática y el mundo moderno, con las tentacioanes y presiones antiteológicas que sobresaltan al oyente. El buen sermón es pertinente, en tanto mantiene en mente la respuesta a la pregunta "y eso qué significa para mi". 

El buen sermón, finalmente, esta bien presentado. Hoy los gigantes de la comunicación son los presentadores de televisión, los anfitriones de talk-shows y los entrevistadores. El predicador compite con ellos por la atención de la gente. Compite en desventaja, porque estos gigantes tienen un ejercito de escritores, directores y creativos que les apoyan en "cada segmento" de la comunicación. Poner a la gente a repetir lo que dice el predicador, como aula de primaria, no necesariamente es buena presentación. Así mismo, el predicador que se esconde tras sus notas o interrumpe el flujo de la comunicación, con tartamudeos, esta perdido. La única solución a esto es la buen preparación.

En fin, el buen sermón tiene forma de sermón, guarda la unidad del discurso, es bíblico en su contenido, pertinente en su aplicación y esta bien presentado.

2 comentarios:

  1. DE MANERA ESPECIAL Y RESPETUOSA LO SALUDO Y LO FELICITO POR BENDECIRME CON ESTE EXCELENTE ARTICULO. TENIA RATOS DE NO LEER AL RESPECTO ALGO BIEN PENSADO Y BIEN DICHO. LOS ULTIMOS DOS PARRAFOS AMARRAN EL MENSAJE Y DAN EN EL HUESO.

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  2. Saludos hermano Isau, un fuerete abrazo. GWM

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