Introducción
1. "Lo que el corazón no tiene la Iglesia no presta". ¿Qué significa esta frase?
2. Cada vez que hay elecciones
empiezan las encuestas de liderazgo. Éste sale mejor calificado que aquél y éste
es mejor que aquél otro, ¿con base en qué?
3.
Nos gusta esta persona porque habla bien: aquélla
porque refleja humildad; ésta otra porque proyecta
popularidad.
4.
¿Se ha preguntado qué es lo que Dios ve en esos
mismos hombres y mujeres que otros ven adornados de
virtudes?
5. Hay una pista en la evaluación que Dios hizo del pequeño
David cuando se buscaba rey para Israel. ¿Será lo que Dios ve lo mismo que Usted
ve? ¿Esta sintonizado usted con Dios al considerar al prójimo? ¿Cómo juzga Ud. a los seres
humanos? ¿Tiene Ud. la profundidad y sabiduría para ver en los demás lo que le interesa a Dios? ¿Cómo
ve a sus hijos? ¿Qué ve en el vecino y en la persona que tiene al lado? ¿Sabía
Ud. que la incapacidad de valorar al projimo refleja incapacidad de saber que valor tengo yo como persona?
6.
Cuando Dios ve al liderazgo Él no ve la popularidad.
¿Que deberiamos ver los cristianos al pensar en el liderazgo para nuestro
país?
7.
Ver lo superficial es humano... Por eso, este profeta aprendió la lección de Samuel y pone el acento en
las cosas que un hombre necesita para gobernar. Incluso llega a decir que los
líderes que no tienen esas características, destruyen a su
pueblo.
8.
El profeta vio las dos capitales religiosas –Samaria
y Jerusalén—y las vio a punto de ser destruidas. Corría el año 700 y había
culto, rito, sacerdotes… visto desde afuera todo el gobierno se veía
bien.
9.
Pero Dios veía otra cosa. El profeta Miqueas ve las
cosas como Dios las ve. El mal liderazgo destruye a la nación. Veamos qué dice
Miqueas 3: 1-12
I.C. Los líderes deben practicar la justicia,
de lo contrario destruyen a su pueblo.
Propósito: Advertir
por qué los líderes del pueblo deben conocer y practicar la justicia.
I. Los príncipes que no practican la justicia
destruyen a su pueblo,v. 1-4.
A. Dios espera que los
príncipes conozcan la justicia, v.1
B. Dios condena la
injusticia de los príncipes, v. 2-4
II. Los profetas que no anuncian la justicia
destruyen a su pueblo,v.5-8
A.
Dios espera que los profetas anuncien la
justicia, v.5-6
B.
Dios condena la confusión de los profetas,
v. 7-8
III. Las autoridades que no practican la
justicia destruyen a su pueblo,
v.9-12
- Dios espera que las autoridades practiquen la
justicia v.9-10
- Dios resume la condición general del liderazgo, v.11-12
Conclusión
1.
El profeta ha dicho que el liderazgo tiene la
indelegable responsabilidad de conocer y practicar la
justicia.
2.
Porque cuando los hombres que dirigen obedecen los
desvaríos de su corazón, terminan destruyendo aquello que tienen bajo su
responsabilidad, sea la familia, o el país, las instituciones, o las
personas.3. Nuestros líderes deben amar a Dios. Deben respetar al prójimo. Deben cumplir su palabra. Deben ser sabios, contar con consejeros prudentes y creencias piadosas.
4. Si no exigimos piedad de nuestros líderes, utilizarán ese mismo poder que les entregamos para destruirnos. Eso ha venido sucediendo por 200 años y no debe suceder más.
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