“Saber por qué esta la
familia en crisis, es casi tan importante como evitar que tu familia caiga en
crisis”. Hoy vivimos en días en los que pandillas juveniles aterrorizan a la
sociedad; los embarazos entre adolescentes proliferan entre tres de cada diez
adolescentes. El V. I. H. se propaga especialmente entre jóvenes de 15 a 30
años.
¿Pudo la Iglesia
hacer algo cuando ayer crecía grandemente en asentamientos, barriadas y villas
miseria? ¿Tenía el mensaje claro sobre cómo los padres cristianos debían enseñar
valores a sus hijos? ¿Sería hoy tan grave el problema si la Iglesia hubiese
tenido 40 años atrás una enseñanza clara en valores?
Pero no me pregunto
sólo por los padres de los jóvenes ayer. Me pregunto también que educación
recibimos los padres y los hijos de hoy. Y es que su educación y la mía también
tienen un sentido público. Es una formación para vivir en
sociedad.
La verdad es que
podemos vivir para las vanidades y usar a Dios sólo para navegar o podemos vivir
para Dios y ponerlo a el, al timón de nuestra nave. Hay tanta derrota, hay tanta pregunta sin
respuesta, hay tanto enigma de la vida que bien vale la pena pensar en estas
cosas, ¿no le parece?
Un salmista que
subía a adorar a Jerusalén, mientras caminaba a la ciudad de Dios se hacia estas
preguntas. Después de preguntarse por el sentido de sus labores cotidianas llegó
a la conclusión de que sólo la esperanza puesta en Dios convierte las vanidades
de la vida en victorias.
Esta es la
lección que se encuentra en el Salmo 127. Si
tuviésemos que poner este salmo en un solo pensamiento diríamos
que…
I.C. La esperanza
puesta en Dios, convierte la vanidad de la vida en victorias prácticas de la
familia.
Propósito: Instar a obtener el sentido
de la vida de la persona de Dios
I.
La esperanza puesta en Dios, convierte
la vanidad en éxitos prácticos
A.
Las actividades domesticas son
inútiles y frágiles aparte de la fe en Dios
v.1-2a
B.
Una vida que depende de Dios es
satisfactoria v.2b
No solo convierte la vanidad en
éxitos prácticos sino que también…
II.
La esperanza puesta en Dios convierte
la vanidad en victorias familiares v.3-5
A.
La provisión divina de hijos es
una bendición, v. 3
B.
La provisión divina de hijos es
beneficiosa para la familia,v.4-5
Conclusión
¿Quién dicta la agenda para tu familia? ¿Es la
confianza en Dios la que forma tus prioridades y ordena tus acciones? ¿Viene tu
sentido de la vida, de tus tareas y de tu misión, de Dios?
¿Quién dicta tus
tareas? ¿Cuál agenda sigues? ¿Cómo sabes quien está detrás de lo que escoges?
¿Somos esclavos de Internet? ¿Cuál es nuestra misión en la vida? ¿Quién define
para qué vivimos y cómo vivimos?
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