martes, 28 de septiembre de 2010

Los momentos de la lección: enseñar no es predicar

Separemos y expliquemos la diferencia entre momentos de la clase: preparación, inicio, desarrollo y cierre y partes de la lección, proposición, objetivos, esquema del desarrollo (inicio, desarrollo y cierre) y aspectos visuales e interactivos.

En primer lugar, se procede a la selección del tema y su delimitación. Esto es parte del proceso previo a enseñar y se centra en el estudio o preparación del tema. En este momento es cuando el maestro define la idea fuerza o idea central que se propone comunicar. También decide qué objetos y actividades usará para ilustrar la lección a la vez que define sus objetivos.

Debe anticipar el desarrollo del tema y las diversas formas de participación de los alumnos para evitar la apatía. El tema, los objetivos y las dinámicas, se preparan tomando en cuenta los tres momentos de la clase, inicio, desarrollo y cierre.

Además de la idea y su desarrollo, la lección también tiene objetivos que proponen los distintos énfasis y aristas que la lección pretende afectar. Los objetivos no se enuncian ni se anuncian, pero si se definen cuidadosamente y se miden al final de la enseñanza para ver la efectividad de esta. Los objetivos no son actividades instructivas sino metas que definen aquello que se propone la lección. Tras esta cuidadosa preparación, ahora estudiamos la atención, el interés y la necesidad del grupo.

En segundo lugar, procederá a elegir la mejor forma de introducir la enseñanza. El inicio de la clase es el momento clave para motivar y lograr que los alumnos se involucren y le otorguen sentido al aprendizaje de los nuevos contenidos que se abordarán. No debe olvidar el efecto que tiene la atención voluntaria, el interés y la necesidad en todo el proceso de iniciar la clase. La lección tiene aspectos visuales e interactivos o aspectos que invitan a la participación y que fortalecen cada momento de la lección.

En tercer lugar, viene el cuerpo de la enseñanza. Es el desarrollo paso a paso del contenido propuesto y planificado. Este debe estar lógicamente organizado y debidamente ilustrado. El repaso, las transiciones y la repetición son partes importantes de su desarrollo. Anuncia a donde va, dice en donde esta y recuerda al estudiante de donde viene en la exposición lo cual contribuye a la claridad de la lección. La diferencia entre discursar y enseñar esta en la presentación, dado que la enseñanza hace preguntas, busca la interacción con el alumno y puede centrar la atención momentáneamente en un alumno determinado.

En cuarto lugar, esta el cierre de la enseñanza. La ilustración, la anécdota y el ejemplo son ventanas que permiten ver más y mejor adentro de los conceptos enseñados; las actividades permiten comprobar lo aprendido. El cierre conduce al final de todo el ejercicio; dé ejemplos, repase y aplique. En el cierre, los alumnos toman conciencia de lo aprendido, lo evalúan y de ser posible lo comprueban.

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