sábado, 28 de mayo de 2011

Lecciones no tan obvias de sujetos no tan buenos

Introducción

1. Tengo un amigo a quien le pondré de nombre: “Te lo vendo”. Se trata de una persona que ha estado metida en toda clase de negocios. Unos buenos, otros malos.

2. Pero siempre está buscando la oportunidad para hacer dinero. Si yo tuviera que encontrar una persona sagaz, “diría te lo vendo” es sagaz.

3. ¿Quién puede olfatear una oportunidad? Alguien que tiene la misma pasión que “te lo vendo”. “Te lo vendo” tiene pasión, tiene sagacidad para hacer dinero.

4. Buscar oportunidades no es nada malo. Tener sagacidad incluso no es nada malo. La palabra se relaciona con sabiduría, prudencia y sensibilidad. Tiene el gancho del “oportunista”.

¿Para quién quiere lo que busca? ¿Sabe realmente lo que busca? ¿Entiende quien le da las oportunidades que encuentra?

5. Esa pregunta se plantea en la Biblia. Jesús contó a los fariseos dos historias. Una de un hijo disipador que volvió arrepentido con su padre, cosa que no hicieron los fariseos.

6. La segunda historia es de un mayordomo, derrochador, como el hijo de la parábola, pero que supo ver una oportunidad para librarse de las malas consecuencias de sus actos.

7. Algo que los fariseos tampoco hicieron. No vieron que la venida de Jesús era una oportunidad para expresar su fe y hacer cosas que ilustraban su confianza y su obediencia a Dios.

8. Esa lección se nos enseña en Lucas 16:1-13. Ahí se nos dice que…


I.C. El hombre fiel a Dios ve en el valor relativo de las cosas una oportunidad para hacer el bien.

Propósito: Ver la vida desde la perspectiva de la responsabilidad ética.

I. Un hombre infiel tiene un sentido de oportunidad, v.1-7

A. Un hombre infiel que enseña una lección, v.1-2

B. El hombre infiel se libra de las malas consecuencias de sus actos, v.3-8.

II. Un hombre fiel entiende el valor relativo de las cosas. v.8-9.

A. Los bienes de este mundo deben interpretarse correctamente, v.8

B. Los bienes de este mundo deben usarse en función de la eternidad, v.9

III. Un hombre fiel es el que hace lo que Dios quiere, v.10-13

A. Dios quiere nuestra buena administración, v.10-12.

B. Dios quiere que le sirvamos libres de preocupaciones materiales, v.13.

Conclusión

1. El hombre fiel, ve en el valor relativo de las cosas una oportunidad para hacer el bien.

2. Hay cosas que Dios quiere que progresen en el mundo. La paz, la justicia, el buen juicio, el respeto al prójimo, la verdad, la bondad y el contentamiento.

3. Hay cosas que Dios quiere obstaculizar en este mundo. Dios no quiere la guerra, la violencia, la mentira, la traición, la impunidad, la irresponsabilidad, el irrespeto al derecho ajeno y el mal.

4. Es fiel el hombre y la mujer que utiliza todo lo que tiene a la mano, para avanzar las cosas que Dios quiere que avancen y obstaculizar, todo lo que Dios quiere desterrar de este mundo.

jueves, 26 de mayo de 2011

Predicamos para hacer la diferencia

Nuestras poblaciones crecen por arriba del 2.5% anual. Pero sin oferta de empleo, sin condiciones adecuadas para invertir y producir, sin educación formal y sin oportunidades, la pobreza reina en nuestro medio. Es pobreza mental, moral, espiritual y desde luego, material. La Iglesia que predica y enseña, ¿puede hacer que su mensaje cambie en alguna medida todas estas expresiones de la pobreza? Me parece que puede contribuir y que debe hacerlo.
¿Cómo le predicamos a una población plagada de pobres que apenas leen, escriben y piensan? En esas circunstancias, como en el siglo XIX, la Iglesia es la seguridad social, el hospital y la escuela de los pobres. Qué enorme responsabilidad tienen los pastores de educar a través de sus sermones. Más del 70% de la población vive en pobreza. Pero educar no es sólo enseñar a leer y escribir, es también formar una conciencia de superación de la pobreza desde el púlpito.
El mensaje que educa es primero un mensaje teológico. Eso significa que presentamos a Dios como primera y máxima realidad. Pero también, explicamos que el bien y el mal en la Biblia no son conceptos religiosos solamente. Tienen una dimensión práctica. El mal es todo aquello que hacemos en menoscabo del prójimo; el bien es todo aquello que ennoblece y protege al prójimo. De donde, la gran contribución “social” de la Biblia es enseñarnos el infinito valor de la persona humana, creada a la Imagen de Dios. Explicar eso es parte de nuestro mensaje teológico.
El mensaje que educa motiva al cambio. Sugiere que el cambio moral apoya el progreso personal. La persona debe aprender a leer, los niños se educan, el trabajo es bueno, pensar ennoblece a las personas, tener sensibilidad jurídica mejora a los pueblos; salir de la pobreza es posible y debe intentarse emprendiendo cosas nuevas. La pobreza no es un castigo de Dios, es nuestra responsabilidad superarla. Las naciones tienen leyes, ideas, instituciones y actitudes empobrecedoras y todas ellas debemos cuestionarlas y cambiarlas desde el ángulo teológico. Somos solidarios con los pobres pero no nos complacemos en la pobreza.
El mensaje que educa es un mensaje que hace a la gente pensar. Para ello se requiere que el pastor también se informe, lea y reflexione. Hacer pensar es analizar la pertinencia de los dilemas de la vida. Es cuestionar los mitos que la Iglesia ha comprado. Es desafiar las ideas que son comúnmente aceptadas en la sociedad, todo ello a la luz del evangelio.
El mensaje que educa se explica en términos que la gente puede entender. Las herramientas de la educación son las palabras. No debemos usar vocabulario elevado sin explicarlo. A veces el único diccionario que la gente jamás consultará será la explicación que el pastor hace. Por eso debemos enseñar la Biblia y aprovechar en ese afán, enseñar vocabulario, si no como fin en si, si como resultado de nuestra instrucción. Las personas que tienen más palabras y las utilizan piensan mas claro.
El mensaje que educa motiva a la gente a emprender. No solo les enseñamos a pensar, también a emprender. No se trata de sugerir como exigir derechos, más bien de animarles a ser responsables. También enseñamos a crear una familia y a vertebrar la vida moral de los hijos e hijas. Sin enseñanza moral, los hijos están aprendiendo indiferencia a Dios. Han de aprender con el ejemplo, a valerse por si mismos y a educarse para servir a Dios.

lunes, 23 de mayo de 2011

Yo fui el joven Juan Marcos

Tenía quizá 17 años cuando Abel Jiatz, graduado del Instituto Bíblico Guatemalteco, me invitó a viajar con él por el occidente del país para “predicar”. Le agradecí mucho la invitación y pensé que habiendo tomado ya la decisión de estudiar teología esta oportunidad me ayudaría a entender un poco más la tarea a la que esperaba dedicarme. Me compre un libro de bosquejos, busque un libro de cómo hablar en publico, le pedía a Dios su ayuda y nos embarcamos en una “gira” de dos o tres semanas en la que se me ofrecía la oportunidad de predicar.
Fuimos a San Marcos, nos hospedamos en las pequeñas iglesias que se acercaban a la frontera con México y nos dedicamos a visitar pastores, congregaciones y familias. Yo observaba a Abel quien era un hombre joven, modesto y muy espiritual. Me advirtió que el predicaría los primeros días y luego me tocaría a mi. Yo estaba entre emocionado y atemorizado por la advertencia de Abel, pero estaba claro que debía al menos intentarlo, aun con la posibilidad de fracasar, que si bien no era una idea agradable, era peor descalificarme sin haberlo intentado.
La tarde del día en que habría de predicar, leí el libro de bosquejos y seleccione uno. También ore reconociendo mucho temor frente a la tarea. Leí la Biblia como quien se prepara para hablar por largas horas y me atavié como si fuese un renombrado evangelista internacional. Salimos a la Iglesia, me senté perdido en algún punto en el espacio, y me fui hundiendo en la banca bajo el insoportable peso de no tener claro ni el mensaje, ni el pasaje, ni lo que decía el libro de bosquejos, ni siquiera tenía claro qué estaba haciendo ahí.
Abel dirigió los cantos y de repente, entre oraciones y alabanzas escuché mi nombre. Si, había llegado la ahora de “mi oportunidad de compartir” que tanta ilusión me despertara, y que se había convertido ahora en un temido momento. Me sudaban las manos, me temblaba el estomago y las piernas querían caminar en dirección lo mas lejano al púlpito. La voz que tenia bajo control, en ese momento deseaba no tenerla. Quizá hice una larga oración antes de empezar, seguro hice algún saludo que ahora no recuerdo y luego “empezó el mensaje”. Todas las ideas preparadas, todas las explicaciones pensadas y todos los versículos leídos, de los que iba a decir algo, fueron recorridos, probablemente, en menos de 10 minutos. De pronto descubrí, un poco tarde, en esa ocasión, que tras 10 minutos tenía muy poco o casi nada que decir. Diagnostico sencillo: “no poder, por no saber”
Terminar temprano, o parecer breve, es algo que a los oradores no se les achaca sino se les cuenta como virtud, pero yo no lo sabía. A la tarde siguiente, lleno de frustración, de pena y con un sentido profundo de fracaso, me regresé a la capital en contra de las recomendaciones de Abel. Yo no quería enfrentar esa experiencia de nuevo. Durante los próximos dos años, estudiando teología, mi ansiedad crecía porque, por diversas razones, avanzaba en la teología, pero no aprendía la quintaesencia del quehacer ministerial: la predicación. Tarde, creía yo, llegaba el curso de Predicación Expositiva II, a cargo del Dr. Oscar López. Pero, fue entonces que por primera vez creí que existía una manera de aprender a predicar y, descubrirlo, me quitó el complejo de Juan Marcos que tenía desde aquel frustrado viaje.
El profesor López presentó una metodología que parecía lógica, una organización hacedera, que prometía desarrollar la habilidad de manera concreta. Gracias a la amistosa conducción del profesor, mi interés en la homilética se convirtió en pasión por la preparación de sermones expositivos de la Biblia. Desarrollé la combinación de "una técnica" y "un arte", que distan se ser ejemplares, pero que reflejan el entusiasmo por la preparación y predicación de sermones expositivos. El Dr. Haddon W. Robinson, profesor del Dr. López, se convirtió, sin saberlo, en una inspiración y en tutor de un estudiante anónimo sobre este tema. Mi blog, “Predica punto blog”, surgió como un modesto aporte para todo aquel que, como éste Juan Marcos, por muchos años, pensó que predicar era una tarea imposible. SOLI DEO GLORIA!

sábado, 21 de mayo de 2011

La tarea en la que Dios no podía faltar

Introducción

1. “No pienses dos veces en entregar lo que se termina para ganar lo que es eterno”.

2. Esta ha sido la inspiración de muchos hombres y mujeres que han tomado en serio a Dios. Misioneros que se “enterraron” en tribus indígenas para producir un alfabeto y luego una traducción de la Biblia.

3. Tareas que toman 25 o 30 años llevar a cabo. Luego, cuando han terminado ese proyecto, toman proyectos similares en otra parte del mundo.

4. Hace unos 50 años, Jim Elliot, un joven misionero, murió en manos de los Aucas de Ecuador, con otros cinco jóvenes. ¿Por qué esta dispuesto el ser humano a entregar su vida así?

5. La vida cristiana consiste en tomar decisiones. Tomar riesgos calculados por la fe. Hay tareas que nadie más quiere hacer, hay compromisos que nadie mas quiere tomar. ¿Qué se requiere para que gente “normal” se entregue “sobrenaturalmente”?

6. Jesús explica que tiene que ver la idea de Dios en todo esto. Los hombres en días de Jesús creían que su responsabilidad ante Dios era ser religiosos. ¿Hay otras convicciones?

7. En Mateo 25, Jesús cuenta tres parábolas para corregir la idea de que la responsabilidad nuestra se cumple con ser religiosos. Habla de decisiones, de negocios, de dinero y de ganarlo todo o perderlo todo. Veamos Mt. 25:14-30.


I.C. Lo que pensamos de Dios es crucial para reconocer nuestra responsabilidad ante él.

Propósito: Exponer que lo que creemos sobre Dios determina si hacemos con nuestras vidas lo que el espera.


I. Lo que pensamos de Dios, se compara a tres hombres que reciben oportunidades diferentes,v.14-18

A. Los talentos como oportunidades para servir, v.14-15

B. Los talentos producen resultados prácticos, v.16-18


II. Lo que pensamos de Dios, determina si producimos los resultados que el espera, v.19-30

A. Los resultados de los primeros dos siervos ilustran el temor práctico, v.19-23

B. Los resultados del tercer hombre ilustran el temor teórico que tiene consecuencias eternas, v.24-30


Conclusión

1. Lo que pensamos de Dios es crucial para reconocer nuestra responsabilidad ante él.

2. Cuando la revisa Times contó la historia de los misioneros muertos en Ecuador dijo: “¿Por qué se gasta así lo mejor de nuestra juventud, por qué van a gente que no los quiere?”.

3. La respuesta está en las palabras que Jim Elliot, una de las víctimas, registró en su diario: “no es necedad entregar lo que no puedes retener, para ganar lo que no puedes perder”.

4. No somos salvos por obras, pero nuestras obras serán calificadas por Dios, para ver si fueron motivadas por al fe o por la vanidad e insensatez del egoísmo.

miércoles, 18 de mayo de 2011

La Palabra es el continente y el contenido

Europa nos lleva siglos de adelanto poniendo a prueba sus ideologías. Por ejemplo, el racionalismo que produjo un exceso de confianza en si mismos: la verdad proviene de mi interior. Luego la revolución científica y tecnológica: la verdad pasa por los sentidos, cifrada en lenguaje matemático. Después vino el marxismo, la verdad del mundo y de la sociedad, se haya en su materialidad, en la socialización de los medios de producción. En cada uno de estos puntos Europa ha fracasado, si bien algo ha quedado de sus experimentos.
El racionalismo desembocó en revoluciones sangrientas y la ilustración en el orgullo nacionalista que produjo las guerras mundiales. Los fracasos viajan en centurias y el marxismo fracasó en el siglo XX. Hoy Europa busca la respuesta a todo lo que no consiguió ayer, en la unidad del gobierno desde Bruselas. Los satélites de Bruselas están casi todos en banca rota, por quitar a las personas la responsabilidad por sus propios planes y futuro sustento. La búsqueda de Europa de ayer, fracasó ya en el siglo XXI. Se explica en razones demográficas, puesto que crecen al 0.75% anual, menos del 1.5% mínimo requerido, y, por ello, ademas, son una especie en vías de extinción, que será suplida por africanos, indios y árabes.
¿En que puede creer el hombre cuando ya no cree en nada? Esa fue la cuestión de Descartes, de August Comte, del club de los “doctores” de Bon, del positivismo lógico, etc. Según G. K. Chesterton, “cuando el hombre escoge no creer en Dios, cree en cualquier cosa”. Lo vi en Europa hace 20 años. La gente no creía en la Biblia, pero si en las profecías de Nostradamus. Creía en los periódicos pero no en la Biblia. Iban a las Iglesias pero sólo les apasiona el Foot Ball.
Cuando no se puede confiar en nada más, se cree en Dios y se abraza uno a el de todo corazón. Cuando se ha probado todo, como lo han hecho los europeos, existe la posibilidad de que el fracaso nos prepare mejor para buscar a Dios. Esa fue la experiencia de Israel en el Antiguo Testamento.
¿Cómo le predica la Iglesia a una congregación así? En la interface de las edades, los expertos del crecimiento, en Estados Unidos, sugieren adecuarse a las demandas de la actualidad. Hay alguna base bíblica para esto, si se entiende bien el ejemplo de Pablo. El asegura que llegó lo mas cerca al relativismo de su día, con tal que la gente entendiera el evangelio: a unos por la ley, a otros sin la ley, pero estando el en terreno seguro, "bajo la ley de Cristo", “para ver si de todos modos salvo a alguno”. Ese es el meollo, lo que hagamos debe tener muy claro “qué” es el evangelio y qué lugar ocupa el Cristo en quien la gente ha de creer.
El gran descubrimiento homilético es predicar en historias, la narrativa. Por supuesto, si el 70 porciento de la Biblia es narrativa, no es una novedad. La novedad es convertir nuestra comunicación en historias, en parábolas y en diálogos, métodos todos usados en la evangelización ya en el primer siglo. Al estudiar la predicación, nos damos cuenta, tras voltear la última piedra, que “no hay nada nuevo bajo el sol”. Eso si, la tensión sigue ahí: ni podemos negociar “qué” decimos, ni podemos olvidarnos que todo depende de “cómo” lo decimos.

Es bíblico coincidir con la pasión de Pablo: queremos salvar a todos; pero creer y obedecer tienen un costo, y no siempre se traducen a un movimiento de masas. La manada pequeña, el remanente y el resto santo, en la Biblia, suelen referirse a otra parte de esta ecuación: que la puerta es estrecha; que pocos son los escogidos, que es posible tener cegado el entendimiento. Predicamos para ganar a todos, pero sin bajar la marca. En el momento que diluimos el “que” (del mensaje), para satisfacer a todos, el Evangelio dejó de ser desafío, y se hace parte del mercado de las ideologías, es mas de lo mismo, es eso que no salva. La Palabra de Dios es el ámbito o continente que da forma al contenido de la predicación.

sábado, 14 de mayo de 2011

Evita los callejones sin salida

Introducción


1. “Algunos creen que el dinero no es padre de la felicidad, pero no es un mal padrastro”. Hollywood la vitrina de errores presenta con glamur a sus actores.

2. No me refiero a las películas sino a la vida de los actores. Hombres y mujeres elegantes, poderosos que se presentan como un ideal para la juventud.

3. La industria es como una mina de oro. El hombre que la encuentra tiene toda su esperanza puesta en el tesoro y es objeto de la envidia de los más superficiales.

4. Hay personas reclutando a jóvenes para el crimen. ¿Están tus hijos preparados para resistir?

5. Un hombre de unos 30 años decía a un adolescente: “vas a tener lo que querrás, dinero, mujeres, lo que te pida el gusto. Pero eso si, tenés que estar dispuesto a todo”.

6. La sabiduría de Israel siempre vio con reservas la riqueza rápida que sacrifica la moral. Para los sabios ese dinero que no parece mal padrastro, es realmente un mal tirano.

7. Los sabios siempre han visto que la riqueza rápida es una trampa que lo pide todo y a cambio entrega poco. Esa es la lección que encontramos en Proverbios 20:21


I.C. cuando tomamos atajos morales terminamos en callejones sin salida, tanto en los negocios como en la vida.

Propósito: Advertir sobre el peligro de la riqueza rápida.


I. Los atajos morales son incompatibles con la honradez, v.21a

  1. La riqueza no es producto de la prisa, v.21a
  2. La riqueza es producto de una vida ética, v.21a


II. Los atajos morales conducen a callejones sin salida, v.21b

A. Los callejones sin salida en los negocios, v.21b

B. Produce callejones sin salida en la vida, v.21b


Conclusión

1. Cuando tomamos atajos morales, terminamos en callejones sin salida tanto en los negocios como en la vida.

2. El que tiene toda su esperanza puesta en un golpe de suerte, en tener el “conecte” correcto; el pone toda su esperanza en la riqueza.

3. El que está dispuesto a entregar su vida, su futuro y su tranquilidad por unos dólares, desoye el consejo de Dios y tiene a un tonto por consejero.

4. Padres, es nuestra tarea enseñar con el ejemplo y con nuestra palabra una correcta interpretación del mundo y de la riqueza a nuestros hijos. Enseñarles que el dinero no solo es un mal padrastro, sino un terrible tirano.


viernes, 13 de mayo de 2011

Leyes de la comunicación oral

Por mas de 10 años enseñé un curso preparatorio para el estudio de la homilética. He enseñado homilética, he tomado varios cursos de homilética y he leído tratados sobre el tema. Por ello me permito sugerir a los predicadores lo que llamaremos aquí “Las siete leyes de la comunicación oral”. Estas ideas son principios fundamentales de la teoría de la comunicación. Los traslado como solía presentarlos a mis alumnos. El oyente mantiene la atención y retiene mejor la información cuando se observan estas leyes.
LA LEY DE LA UNIDAD: Consiste en que la mente humana trata de encontrar el común denominador de todo lo dicho en una conversación, discurso o presentación. El oyente obtiene esta unidad haciéndose la pregunta “¿de qué hablamos hoy?” o “qué dijo tal orador”. Y la misma persona se responde diciendo “hablamos de tal cosa”, tratando de poner lo dicho en una palabra o pensamiento. Esta búsqueda natural de la mente humana se refleja en la unidad que guarda, una obra, una película, un cuadro, una sinfonía y un poema. Los sermones que tienen muchas ideas que van en todas direcciones, no tienen unidad.
LA LEY DEL ORDEN: Como la unidad se da en un lapso de tiempo, a lo largo de ese tiempo la persona recibe información. El orden consiste en que la información llegue al oyente conforme su mente la necesita. La comunicación tiene orden cuando las ideas que el oyente escucha le llegan en el momento en el que a él le hacen mas sentido. Tras una pieza de información va la próxima que le corresponde. Eso implica mostrarle al oyente como la información que le doy ahora esta conectada a la información que previamente le di. Orden implica repetición para mostrarle como caben las piezas que el no puede unir por si solo. El orden se ve, en los puntos mayores, material de apoyo y en la emisión de las ideas.

LA LEY DEL PROGRESO: La buena comunicación va a algún lado. Desde la introducción se sabe que hay un punto de inicio, un material intermedio y un gran final. No es como la visita que se despide una y otra vez, solo para volverse a despedir. Es más bien un cuento que tiene una dirección a la que tarde o temprano llegara, porque ese era su objetivo. La buena comunicación tiene una meta. No es solo detenerse a las 11:45, es cumplir con su objetivo adecuadamente.
LA LEY DE LA PERTINENCIA: La buena comunicación también tiene todo el tiempo en mente al oyente. “¿Qué significa esto para mi?”. Si el oyente no se siente atrapado desde las orejas hasta la solapa, terminará oyendo como quien oye llover. Eso significa que sus necesidades, sus conflictos, sus tentaciones y sus fragilidades son parte importante de la comunicación. ¿Cómo se logra esto? Piense en su propia fragilidad y tendrá gran material para ser pertinente.
LA LEY DE LA CLARIDAD: La buena comunicación también es clara. Se esfuerza por explicar la idea como si se tratara de una conversación en la que estoy tratando de hacerme entender. Consiste en evitar lo ambiguo, en repetir si es necesario y en parafrasear el punto para hacerme entender. Ningún experto en algo tiene derecho a ser obscuro, confuso y difícil. Si no escoge hacer el esfuerzo que requiere la claridad, pronto será el único oyendo lo que dice.
LA LEY DE LO PRIMERO: Dice que las primeras 25 palabras son cruciales para sugerir de que va a hablar el orador y captar la atención del oyente. Esta ley determina el tono de nuestra introducción haciéndola memorable, pertinente y hace que lo primero sea bien presentado.
LA LEY DE LO MAS RECIENTE: Dice que el oyente recuerda mas lo ultimo que escuchó. Por tanto, esto sugiere que nuestra conclusión debe trabajarse con gran esmero. En ella repasamos la idea central del mensaje, repasamos la estructura del mensaje y finalmente, mostramos con aplicaciones prácticas, la pertinencia del mensaje. Todo esto debe reflejarse en el buen sermón, de modo que se facilite al oyente mantener la atención y retener lo dicho.

sábado, 7 de mayo de 2011

¿A dónde va Vicente...?

Introducción

1. Si yo le dijera que la tierra es el centro del universo usted se reiría de mí.

2. Pero para los hombres del año 1500 esto no era cosa de risa. Todos en esa época creían que la tierra era el centro del universo. Que el sol giraba alrededor de la tierra.

3. Hubo también confusión acerca del movimiento de la tierra. De la velocidad a que resistirla viajar una persona. Que el corazón no podría trasplantarse; que la tierra era plana, etc.

4. Reír de esto pasa por alto que aun hoy tenemos ideas equivocadas sobre muchas cosas. Cómo ser sociedades más justas y libres, cómo vivir y cooperar pacíficamente. La pobreza en la que vivimos es en gran medida resultado de ideas parecidas a estas. ¿Las comparte usted?

5. ¿Cómo creamos empleo? ¿Cómo educaremos más rápido a Guatemala? ¿Creando burocracia o creando o trabajo? ¿Cómo seremos una nación próspera? ¿Repartiendo peces o enseñando a pescar? ¿Se da cuenta usted de cuantas ideas equivocadas defendemos y discutimos?

6. Pablo escribió a una iglesia que tomaba las cosas a la ligera cuando se trataba de las ideas de la mayoría. Las gentes arreglaban sus diferencias con crudeza y maldad, insultando y mintiendo, y los creyentes creían que si todos lo hacían así, en la iglesia también se haría igual.

7. Pablo escribe a los Efesios. Para decirles que Dios nos ha dado unidad, y por ello los cristianos debemos andar en unidad. En la segunda mitad de su carta Pablo instruye a los creyentes a actuar y pensar correctamente. Podemos ser gente buena que piensa equivocadamente sobre esto.

8. Por eso Pablo nos da esta lección en Efesios 5:15-17. Al examinar el texto, Pablo nos dice:

I.C. Los cristianos pueden creer que lo que es comúnmente practicado es correcto.

Propósito: Evaluar las conductas comúnmente aceptadas por que son comúnmente incorrectas.

En primer lugar encontramos que…

I. La conducta popular debe ser revisada, v.15-16

A. La conducta aceptada debe revisarse con diligencia, v.15ª

Vea la primera parte del v. 15. La primera palabra del versículo es un llamado de atención. Es una invitación a detenernos, a pensar. A veces actuamos irreflexivamente. Reaccionamos a la vida. Hacemos lo que todos hacen, por que eso nos parece correcto. Mirad, es mirada atenta, como la del científico que observa con detenimiento. Es la mirada del astrónomo que rastrea el cielo con su telescopio. ¿Porqué se requiere esta exhortación? Porque no evaluamos nuestro entorno. Imitamos lo que otros hacen.

B. La conducta aceptada debe revisarse en contraste con la sabiduría, v.15b

Vea el resto del v. 15. El andar aquí se refiere a la conducta. Esa conducta va atada a la necedad o a la sabiduría. No hay término medio. ¿Cómo se hacen las cosas en Guatemala? ¿Cómo vive la gente? ¿Cómo piensan los cristianos?

C. La conducta aceptada debe revisarse cuando hay oportunidad, v.16

Vea el v. 16. “Aprovechando el tiempo”. La palabra tiempo aquí se refiere específicamente a la oportunidad. Aún cuando los problemas parecen más grandes que nosotros, tras ellos hay oportunidad, es la ocasión para revisar las falsedades que se esconden tras las ideas más populares y más comunes.

No desafiar los pensamientos comúnmente aceptados es ignorar lo obvio. ¿Qué es lo obvio? Que los días son malos. Estamos aceptando el mal consejo de los hombres que hacen el mal, las ideas de aquellos que hacen que los días sean malos.

Vivimos en una sociedad en donde los hombres se agreden; se mienten; se hacen promesas que no van a cumplir; se dicen piropos en los que no creen y se atacan por la espalda. Se juzgan por prejuicio y aún cuando no se conocen, se desprecian y se odian apelando a la idea anticristiana de clases sociales y de ricos contra pobres.

Pablo, dice que eso debemos revisarlo todo el tiempo para no seguir el consejo y la práctica de los malos… en segundo lugar… Pablo dice que…

II. La creencia popular debe ser cambiada, v.17.

A. Cambiarla requiere sano entendimiento, v.17ª

En el v.17 Pablo dice que no podemos hacer cosas diferentes si tenemos las ideas de siempre. No podemos agradar a Dios si pensamos como paganos. Sabemos que es la conclusión de Pablo porque dice “Por tanto”.

El corazón de lo que venimos diciendo está en las próximas palabras. No seáis insensatos, sin entendederas. Es que vivir como todos los demás viven, pensar y hacer lo que todos los demás piensan y hacen es una insensatez siendo cristianos…Hace unos días un predicador invitado decía en una congregación algo muy extraño. Decía que “no debemos analizar las cosas, que no debemos pensar”. Este pasaje dice lo opuesto que ese predicador. Si debemos pensar y debemos pensar diferente, para hacerlo obviamente tenemos que analizar las cosas y desafiarlas desde la Biblia. Además vea elv.17b

B. Cambiar la creencia popular requiere hacer la voluntad de Dios, v.17b

Dice “entienden cual es la voluntad de Dios”. No formula la pregunta favorita de los cristianos ¿cuál será la voluntad de Dios? No dice eso. La voluntad de Dios no se busca en las casualidades de la vida ni e las creencias de los demás. La voluntad de Dios se busca en su palabra.

Esa palabra que nos habla de la responsabilidad, del trabajo, del respeto al derecho ajeno, de la compasión y del amor a Dios. Al convertir esas cosas en parte de nuestra vida, hacemos la voluntad de Dios. Hacer la voluntad de Dios es creer y obedecer su palabra

Conclusión

1. En este pasaje hemos visto que los creyentes pueden creer que las prácticas comunes son correctas. No dice que las formas de relacionarse entre humanos, las formas de pensar sobre el prójimo, las formas de arreglar las diferencias no pueden ser igual que las de los no cristianos.

2. Los oscuros días que vivimos nos dan la oportunidad de revisar y repensar lo que creemos. La voluntad de Dios es que dejemos que su palabra afecte nuestra vida y nuestra mente para ser sal y luz en un mundo que piensa equivocadamente.

3. Si al indefinición, la mentira y la indiferencia se han apropiado de nuestra conciencia, de nuestra iglesia y de nuestro país, debemos pensar diferente. En donde unos dicen tal vez, nosotros decimos si o no. En donde unos llaman blanco a lo negro, decimos es negro; en donde unos dicen “no importa”, nosotros decimos: si el futuro es nuestro, todo lo que sucede hoy nos importa.

4. Las conductas comúnmente aceptadas, son generalmente falsas o incorrectas.